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OreImo

Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai. [18]: La amiga otaku de mi hermanita no puede quitarse las gafas

«¿Quién eres tú?» La frase que cierra el episodio con tono irónico, además de resumir su argumento, nos sitúa ante el tema de discusión más frecuente en OreImo: los enrevesados laberintos de la identidad. ¿Quién protagoniza este capítulo?: ¿Saori Makishima, la refinada oujo-sama?, ¿o Saori Bajeena, la desgarbada otaku de anteojos lunáticos? En realidad, ambas y ninguna: los nombres son meras etiquetas que describen aspectos limitados dentro de un amplio conjunto de posibilidades. Su sumatoria constituye la identidad real, la convergencia de variantes, incluso si parecen contradictorias. (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai. [17]. La amiga de mi hermanita no puede robarse mi Love Touch

El carácter drástico y terco de Ayase produce un efecto curioso. Obliga al personaje a oscilar, de manera furibunda, entre las posturas más extremas del espectro romántico; a fluctuar de tsundere a yandere. El vuelco parece radical, pues el tsunderismo es una versión edulcorada del desorden bipolar maníaco-depresivo, mientras el fenómeno yandere equivale al cuadro de trastorno delirante. Sin embargo, en Ayase, este giro psiquiátrico, no suena contradictorio, sino muy coherente. Si bien, durante la temporada anterior, su conducta obsesiva y posesiva nunca alcanzó un nivel psicopático, la muchacha había evidenciado ciertos síntomas -todavía leves- de desequilibrio emocional. Ahora, la amiga celosa pretende convertirse en la «novia perfecta» para salvar a Kirino de la perversión otaku. Por desgracia, consulta una «fuente de referencia» nada recomendable (un videojuego de citas al estilo Love Plus) y, fruto de ese retorcido aprendizaje, adquiere unos rasgos psicopáticos escalofriantes. Solo faltaba que afilase el machete. Ignoramos si Ayase eligió la ruta yandere por equivocación o por predisposición natural. Si escogió el método equivocado para atraer a Kiririn-shi o simplemente es propensa a identificarse con esta clase de personajes perturbados.

Cualquiera fuese la respuesta a semejante enigma (¿cuán loca o despistada es?), ha ocurrido un hecho curioso: Ayase, quien solía detestar esas «cochinadas», ha intentado imitar unas fórmulas de conducta provenientes del universo 2D. En otras palabras, ha asimilado un discurso ficcional. Aunque su pretensión de trasladar ese código al mundo real desemboca en un sonoro fracaso, esta circunstancia ridícula vuelve a plantear un tema recurrente en OreImo: la relación entre consumidores y productos de entretenimiento. Este segundo episodio transcurre en un diálogo constante con cierto tipo de ficción interactiva: los date-sims. El argumento gira alrededor de una premisa sencilla: los integrantes del elenco entran en contacto con Love Touch, un juego que proporciona al usuario un sustituto electrónico del amor, una novia virtual disponible las 24 horas. Tras esa experiencia, cada personaje resulta afectado: la ficción deja su huella, influye en su comportamiento. Además de poner en escena el acto de jugar, el capítulo también discute varios asuntos derivados del contraste entre realidad y ficción: cómo ambas dimensiones se oponen, se confunden, se contaminan, y qué actitudes adopta el individuo cuando los límites se tornan difusos (repulsión, simpatía, vergüenza, locura). (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai. [16]: Return of Saturn

La hermana menor más belicosa y controversial del anime regresa a enternecernos con su habitual cuota de prepotencia. Este primer capítulo recurre a estrategias convencionales del episodio de reencuentro, esquemas narrativos que permiten reenganchar al espectador y reposicionarlo ante el relato tras varios meses de suspenso. Además, estas fórmulas de «reconexión» cumplen el objetivo de anular la «disonancia temporal», ayudarnos a recordar el hilo narrativo de la anterior temporada «como si fuera ayer». El retorno en pantallas de OreImo coincide con un evento ficcional de carácter análogo, el regreso de Kirino a Japón. Este suceso servirá de base para plantear una serie de «reencuentros» paralelos en ambas dimensiones (personajes y público). Por ejemplo, cuando Kyousuke entra al living y encuentra a su engreída imouto acostada en el sofá hablando por celular, el paneo que recorre su silueta, además de presentarla como objeto de deseo, empalma con otra escena similar de la primera temporada. Incluso la secuencia inicial del «sueño» insinúa un «recuerdo» adormecido en el subconsciente del onii-chan, un fragmento del pasado confundido con las pesadillas y remordimientos del muchacho que salen a flote, se «reactivan», retornan a la memoria. Durante su infancia, los hermanos Kousaka compartían una especie de intimidad fraternal, como ocurre en muchos hogares: eran compañeros de juegos, se bañaban juntos, Kirino admiraba y adoraba a su aniki, lo seguía a todos lados, no existían esas incómodas barreras comunicativas. De manera inconsciente, Kyousuke admite que destruyó ese vínculo. Ese «retorno» al pasado en forma de reminiscencia o pesadilla poen al descubierto una sensación de culpa latente. Aunque nunca lo manifieste en palabras, anhela «recuperar» esa etapa idílica por motivos de autoestima, pues en aquella etapa, cumplía su función de «onii-chan», de hermano mayor confiable que emaba respeto y cariño. Los «consejos de vida» que solicita Kirino, aunque suenen disparatados y abusivos, «reestablecen» esa relación de dependencia emocional: ella necesita su apoyo, lo convierte en cómplice, lo involucra en su colorido mundo de videojuegos incestuosos, le exige engreírla. En realidad, se establece una mutua dependencia: para considerarse un buen aniki, se requiere una imouto, y viceversa. Bajo este principio elemental se sostienen incontables historias con tintes de comedia fetichista. No importa cuán orgullosa y mandona sea Kirino: ese malhumor, esas ínfulas, es orgullo megalómano solo ocultan su fragilidad sentimental, una carencia, una necesidad que Kyousuke logra copar. Por desgracia, si transcurren meses enteros sin sentirse un «héroe», el onii-chan comienza a manifestar síntomas del síndrome de abstinencia. (más…)


Kirinistas y Kuronekoístas

Hace algunos días, les formulé esta pregunta a nuestros amigos en facebook: «¿Eres kirinista o kuronekoísta?» La mayoría de comentaristas se decantó de forma abrumadora por Ruri Gokou, aunque también se registraron apoyos para Manami e incluso un «ayaseísta». Los resultados no sorprenden, pues, como sucede en diversos foros alrededor del mundo, Kuroneko continúa ganando el duelo por la popularidad. Sin embargo, al proponerles esta dicotomía, buscaba plantear otro tipo de polémica y sondear la opinión del espectador respecto del consumo de anime y otros productos culturales afines (manga, videojuegos, light novels). En lugar de emplear los nombres propios, elaboré la pregunta usando el sufijo «-ista», que implica una toma de partido, la identificación con determinada ideología o discurso. ¿Qué posturas representan Kirino Kousaka y Kuroneko? Cada personaje encarna una posición antagónica acerca de la relación entre arte y entretenimiento, y defienden una visión sobre el disfrute, la belleza, la diversión. Tomando como metáfora la imagen de ambas «enemigas íntimas», trazaré una descripción de los bandos en «conflicto» que dominan el debate en torno al presente y futuro del anime. Sin duda, limitar este panorama a solamente dos tendencias es bastante inexacto e injusto, pues entre ambos extremos existe una enorme variedad de orientaciones; pero por razones prácticas, reduciremos la confrontación a las opciones más radicales y representativas. (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai 12.5 (TRUE END): Es imposible que mi hermanita menor se vaya sin decirme adiós

Una perspectiva distinta: la misma tsundere

La hermanita más ¿tierna? y emblemática de la historia del anime retorna tras algunas semanas de ausencia con el primer episodio de extras que seguirán la ruta alterna denominada «true end». Excelente noticia para los fanáticos de esta deliciosa comedia de amor y odio siscon/brother complex sazonada de apasionado elogio del eroge, aunque en concreto, casi la mitad del capítulo consistiera en una repetición del «good end» de la temporada regular. Quienes conozcan la dinámica de los bishoujo games comprenderán mejor la propuesta de AIC Build para la adaptación del argumento y coincidirán conmigo cuando insistí en interpretar OreImo no como una simple serie moe, sino como relato metatextual. (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai 11-12 (GOOD END): El misterioso caso de la hermana ladrona de calzoncillos

I'd never steal something like onii-chan's pantsu

I'd never steal something like onii-chan's pantsu

Terminé mi tesis. Sí: créanme, cumplí la odisea de redactar 80 páginas a espacio y medio en Garamond 12 con pesada rectitud académica. Me siento cansado, pero más ligero, con ganas y tiempo de hacer cuanto me venga en gana, porque me siento inspirado y me zurro en las temporadas y los retrasos; por ende, escribiré sobre OreImo aunque sea materia de diciembre, pues sinceramente me antoja, la serie merecía una digna reseña final, y porque me enteré que cierto artículo viene difundiéndose y siendo materia de comentarios (no siempre halagadores) en algunos foros de aficionados. Para continuar encendiendo iras santas, admitiré que quizá, algún día, me encantaría escribir una tesis sobre Kirino. (más…)