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Another

Another 0: Una tragedia en yin-yang

Una atmósfera tenebrosa, saturada de presagios ambiguos, recubre Yomiyama. Los tímidos resplandores de primavera no derriten las nieves de invierno: se avecina el horrendo verano de muerte que enlutará al marchito pueblo provinciano perdido entre las montañas. Este episodio, a modo de precuela, nos invita a realizar un cambio de perspectiva narrativa y adoptar la mirada de Mei Misaki, comprender sus antecedentes y percibir el «fenómeno» que aflige al célebre salón 3-3 no solamente como evento terrorífico o secuencia de acontecimientos sangrientos, sino como recordatorio constante de frustraciones, de ilusiones quebrantadas, de sueños arruinados cuya pérdida es reiterada con inclemente insistencia, porque el dolor nunca se detiene. Los castigos continúan y acentúan la impotencia del sujeto. Para comprender ese correlato psicológico, necesitamos regresar al pasado inmediato, la época anterior al tiempo mítico, antes que iniciara la catástrofe, la edad del origen. Asumir otro punto de vista es significativo: la visualidad concentra un conjunto de conceptos (mirada, visión, ojos, espejos, duplicación) primordiales para interpretar Another. Se constata un conflicto entre apariencia (ilusión) y realidad. El anhelo de disfrutar la adolescencia con candidez y naturalidad es desbaratado porque se impone la presencia incontrovertible de la muerte. Los sueños son desmentidos, las ilusiones se abortan: la felicidad se revela falsa, una irrealidad, o peor: un engaño. La fatalidad nos atosiga recordándonos a diario la única verdad: somos seres frágiles, perecibles, insignificantes, nuestra vida es corta, en polvo nos convertiremos. (más…)


Si Another fuera un slice-of-life…

…tendría temática estudiantil. El colegio Yomi North sería el entorno perfecto para fomentar la interacción del elenco en situaciones típicas, como formar clubes (¡una Sociedad de Ocultismo!), investigar los clásicos siete misterios (empezando por el edificio antiguo), almorzar en la azotea, soportar los gritos histéricos de la iinchou o enamorarse de la profesora. El reparto mantendría sus personalidades, pero aplicándolas a la comedia. Sakakibara-kun cumple el papel del típico lead masculino, caballeroso pero indeciso, un soltero codiciado porque proviene de la capital, usa pañuelo y trata a las mujeres con sensibilidad. Por desgracia, también es friki (le fascinan los enigmas, lo sobrenatural, el gore, no oculta su impulso maniático por poseer objetos tenebrosos) y acostumbra soñar despierto en clase haciendo muecas repugnantes. Misaki es la chica rara del salón, la adolescente con chuunibyou que utiliza a propósito una carpeta vieja y pintarrajeada para darse pinta de marginal. Suele hablar en clave y asegura que esconde su ojo derecho debajo del parche porque la Humanidad no toleraría la lóbrega magnificencia del Oscuro Heraldo de la Muerte. Le encanta introducir comentarios depresivos que contengan las palabras «desolación» o «tinieblas», pero cuando sus «habilidades» de magia negra no funcionan para -digamos- sobrevivir al examen de cocina, le brotan unos gestos muy tiernos. Akazawa sería la delegada de aula, amargada y tsundere, que comienza oponiéndose con cólera a cualquier iniciativa divertida que propongan sus compañeros, acusándolos de violar las normas de decencia o tener conductas inmorales… pero termina participando con harto entusiasmo en -digamos- la casa embrujada del festival escolar (¡no existe otra actividad que combine mejor con este grupo!) o corriendo aterrada y sonrojada durante la prueba de valentía (que consiste en visitar el viejo templo maldito en noche de tormenta). Habría un trasfondo de love comedy con triángulo amoroso, aunque el protagonista jamás se entera que, tras bambalinas, es objeto de rivalidad entre la alumna modelo (demasiado perfecta) y la muchacha misteriosa. Su vida corre peligro si continúa probando los cariñosos bento que prepara Mei-chan consultando su «Recetaire Infernal» o sigue sometiéndose a la disciplina sadomasoquista de Izumi que castiga sus mañoserías golpeándolo con un tubo de cañería; sin embargo, después de tres angustiosas visitas al hospital, el susodicho ha ganado fama de inmortal. (más…)


Another 12 (FINAL): Una tragedia clásica

Another proponía una curiosa mezcla genérica de horror y misterio, dos vertientes narrativas dirigidas a estimular esferas opuestas de la mente humana. Mientras los relatos de terror buscan incitar su dimensión irracional o pasional, provocando la emergencia de pulsiones instintivas o sacando a flote los bemoles del inconsciente, las historias de intriga pretender convertir en espectáculo el ejercicio refinado de la razón, enfrentando al héroe ante incógnitas que desafían sus habilidades deductivas. Sin embargo, la antítesis es aparente, pues ambas fórmulas recurren a núcleos cognitivos similares para generar la peripecia: la confrontación del sujeto ante lo desconocido, aunque el horror lo conciba como imposibilidad (inaccesible, incomprensible, desfamiliarizado), mientras el misterio lo perciba como horizonte de conocimiento. Otro factor común es la presencia del suspenso o thriller, que añade una dimensión psicológica a asuntos místicos o lógicos, y consiste en sembrar la trama de constantes incertidumbres, dudas o desconfianzas que enrarezcan o entorpezcan la capacidad del protagonista para discernir la realidad, envolviéndolo en un clima de extrañeza. Sin embargo, alargar esa tensión por siempre sería impráctico e inviable porque esta clase de relatos exigen una definición: en consecuencia, si durante diez episodios la serie se encargó de empujar al elenco contra el borde del abismo, el desenlace, por necesidad, abarcará ese desbarrancamiento con predecible violencia, porque se arrastra al extremo de angustia y asfixia un amasijo de emociones contradictorias. Cada nudo atado con sufrimiento, deberá desatarse con dolor. De igual forma, aunque el argumento se esparza de enigmas, en determinado punto, las preguntas importantes serán resueltas, el rompecabezas medianamente completo, la coherencia restituida. Porque, en Another, encontrar la verdad, hallar la paz, salvar el pellejo, recobrar la memoria y construirse un futuro son operaciones casi equivalentes o, diríase, interdependientes. El cortés y estudioso Tomohiko Kazami pasó meses incubando un rencor agudo contra el protagonista, ocultando y reprimiendo su resentimiento por la muerte de Yukari Sakuragi (la supuesta primera víctima), la dulce y amable meganekko por quien –asumimos- profesaba ciertos sentimientos nunca confesados (y quizá abrigaba celos injustificados hacia el alumno de intercambio porque la difunta lo prefiriera). La oportunidad de vengarse y compensar sus frustraciones solo acabará por transportarlo a la enajenación: caída la careta del chico bueno, solo resta la mueca de desesperación, el rictus del dolor convertido en locura. (más…)


Another 11: Mil maneras de morir

Quizá suene contradictorio y seguro disentiré de la opinión general reflejada en numerosos foros de discusión, sin embargo, en cuanto a valores de dirección, este episodio de Another me pareció flojo, pese al intenso thriller, la conjunción acelerada e incesante de eventos perturbadores y aquella sensación de caos total, desequilibrio y desmoronamiento que inunda esa noche fatídica donde se concentra cual catarata de fatalidad el colmo del pánico absoluto. En efecto, la acumulación de escenas de acción y muerte ayuda a incrementar la tensión y mantiene en vilo al espectador; sin embargo, el trastorno psicológico masivo que asalta de golpe al salón entero, encendido cual reguero de pólvora por una desquiciada y tenebrosa Takako Sugiura resulta demasiado sorpresivo, poco anticipado o dosificado sin antecedentes que justifiquen una transición fluida entre el mutismo, la cobardía y la pasividad del alumnado y la reacción inmediata, en bloque, de algunos elementos cuya cuerda psicótica se activa hasta el límite después de escuchar un fragmento descontextualizado de la famosa grabación. El escenario social es curioso y merecería un análisis a profundidad, pues involucra una versión más violenta, descarada y descarnada (porque implica el asesinato) del recurso al chivo expiatorio, empleado como pharmakos, como medio de salvación o redención colectiva. El aula 3-3 constituía una pequeña sociedad a escala, a nivel micro: había reconocido a determinados integrantes como voceros o líderes de opinión y delegaba en estas personalidades la responsabilidad de representarlos y dirigirlos en cuestiones que atañían al factor de cohesión básico del grupo, la lucha agónica contra la maldición. La autoridad de Akazawa había sido cuestionada en secreto por Sakakibara y otros alumnos que decidieron emprender su propia búsqueda, a espaldas del equipo de contramedidas. Ese primer indicio de desestructuración tendrá consecuencias desastrosas, como el resto de silenciamientos, voluntarios o forzosos, pues las redes de información establecidas (quién sabe qué) son enmarañadas, complejas y, casi siempre, fragmentarias y propensas al equívoco. (más…)


Another 10: Oculus ex machina

Dispuesto el escenario, distribuidas las piezas, trazadas las rutas del laberinto de pasiones e impulsos, Another prepara el contexto angustioso y macabro que envolverá el tramo final del relato bajo una borrasca creciente de ansiedad. Se plantea, como locación definitiva, un espacio aislado y autónomo, en estado de suspensión. El Sakitani Memorial Hall es destacado desde el ingreso como un lugar inadecuado o extravagante para una excursión escolar, quizá por sus lujos, antigüedad o dimensiones: la ambientación occidental decimonónica sugiere cierta tenebrosidad, un aire fantasmagórico o sombrío, complementado por la omnipresente oscuridad que recubre los recintos pese a los grandes ventanales. Antes indicábamos que los espacios antiguos o vetustos poseían un carácter siniestro o perverso. El refinamiento estético también se vincula con sensaciones lúgubres que causan fascinación y repulsión. Desde el primer contacto, la posada es presentada como un lugar ominoso, donde cunde el peligro de muerte. La llegada del grupo al establecimiento transcurre en una atmósfera turbia de silencio e incomodidad, marcada por gestos neutros de contención, resaltados en sucesivos close-ups: los estudiantes participan por inercia, sin entusiasmo ni espíritu de camaradería, sino resignados y melancólicos, aceptando la fatalidad de su condena por anticipado. Este mutismo es superficial: oculta un conjunto de miedos, suspicacias, rencores, incertidumbres, que tarde o temprano terminarán confluyendo en confrontaciones catastróficas y violentas. La obligación de “matar” al integrante extra o “devolverlo a donde pertenece” como solución infalible para frenar la maldición invita a sembrar desconfianzas, a incurrir en actos desesperados y apresurados, a darle rienda suelta a la brutalidad respondiendo a angustias y falsas convicciones. Esta circunstancia de extrema sensibilidad empuja a una figura prepotente y autoritaria como Akazawa a asumir una posición beligerante, atreviéndose a quebrar el tácito mandato de prudencia y rompiendo la ilusión de quietud para nombrarse vocera de un salón repleto de cobardes exasperados por hallar a un culpable o acabar con su hipócrita tregua. La jefa de contramedidas inmiscuye sus deseos en el debate contra Misaki, complicando esa inquietante escena y añadiéndole una dimensión de conflicto erótico. (más…)


Another 9: Arqueología tenebrosa

La mayoría de cultos complejos gira en torno de textos sagrados. En general, las religiones suelen organizarse alrededor de la palabra divina o fórmulas divinizadas, a manera de relatos que explican la creación, el funcionamiento e incluso el futuro del mundo. En algunos casos, los hombres acceden a este conocimiento superior por intermedio de sujetos privilegiados quienes reciben el encargo de comunicar la sabiduría por medio de experiencias inspiradoras, de revelaciones. Suele tratarse de predestinados, personas ungidas por sus méritos o gente elegida por el azar, quienes, después del contacto se sienten urgidos o encomendados a registrar esa información, guardarla para la posteridad y legarla a generaciones venideras. Trasladada al descarnado universo ficcional de Another, nuestros jóvenes protagonistas parten en busca de aquellas enseñanzas casi imitando al discípulo que persigue la Verdad mística, pues ambos ignoran su contenido y su forma: solo saben que existe e intuyen dónde y cómo encontrarla. Acompañados por Misaki, los muchachos emprenden una expedición simbólica al pasado. El edificio donde ocurrieron los sucesos originales del salón 3-3 dejó de funcionar como recinto de clases y alberga solamente algunos clubes escolares. Se retoma un tópico recurrente del anime: el viejo local del colegio. Muchas escuelas operan en plantas modernas construidas al lado de sus antiguos establecimientos que conservan como espacios auxiliares o almacenes. La imagen se asocia –como muchos recintos antiguos- con valores connotativos como lo ancestral, lo destartalado, lo siniestro. Como sugiere Sakakibara, si Yomiyama North fuese una escuela menos trágica, sus alumnos hubiesen dedicado sus tardes de ocio a inventar mitos urbanos sobre ese edificio, del tipo “siete misterios”. La incredulidad de Teshigawara es sintomática: generaciones de estudiantes traumatizados por un designio brutal, por convivir a diario con accidentes, atropellos, ahogamientos, suicidios, se tornan insensibles frente a leyendas ociosas o simulacros de tenebrosidad. Les suena demasiado ingenuo, una parodia, una burla de su catastrófica realidad cotidiana. (más…)