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FRACTALE 10: Beloved Daugther

Quebrando barreras

La catástrofe era previsible: Phryne no puede confiar en el Templo, menos aún negociar ni pactar condiciones. Una ingenuidad peligrosa, pues la jovencita conoce los métodos macabros del poder para asegurar el funcionamiento del Sistema manipulando a seres humanos como animales de granja y porque ella vivió en carne propia y atestiguó en sus «hermanas» la crueldad del utilitarismo más barbárico y deshumanizante. Para sentarse a negociar, ambas partes deben considerarse interlocutores iguales, de lo contrario, no existe negociación, sino rendición, donde el ganador le impone sus cláusulas al perdedor. Phryne se entregó a la boca del lobo creyendo que bastaría su mero valor como llave para forzar al Templo a renocerla como persona, pero Barrot y #141923 manejan agendas distintas y siempre la verán como una subordinada, un pieza o una herramienta.

La estructura del episodio conduce al reencuentro entre Phryne y Clain partiendo de dos líneas narrativas separadas: la primera consiste en el encuentro entre nuestra Phryne y su antecesora Moeran (o #141923). Además de imposible, por los motivos antes enumerados, la negociación con la Suprema Sacerdotisa es improcedente porque la llave que permitirá el reboot está formada por Phryne y Nessa: no funcionan por separado, por tanto, el pedido de liberar a la doppler, perdonar a Lost Millenium y no dañar a Clain a cambio de su entrega voluntaria carece de validez, pues su simple retorno al Templo no cuenta como moneda de cambio. Incluso el Estado continúa teniendo la sartén por el mango porque puede darse el lujo de emplear la violencia sobre Phryne, aniquilar a los rebeldes y maltratar al muchacho: suena abyecto y abusivo, pero el autoritarismo es degenerado por definición, desde el momento que justificó la cosificación y producción maquinal de seres humanos para mantener en funcionamiento un Sistema mientras el resto se divierten, viajan por el mundo o consumen drogas. En otras palabras, este Estado todopoderoso y bendecido por el respaldo de sus súbditos, dependientes de su falso Welfare State, no tiene motivo ni interés para escuchar los argumentos de Phryne. Entre los marxistas circula la frase de Lenin que reza «Salvo el poder, todo es ilusión». La desigual entrevista entre ambas Phrynes serviría para ejemplificar las consecuencias de este razonamiento: el Sistema reposa sobre mecanismos indispensables para proveer de servicios «básicos» a sus habitantes esclavizados mediante las terminales. La gente común se preocupa muy poco por el ejercicio del poder y quiénes lo detentan: mientras sus requerimentos sean satisfechos, pueden subordinarse plácidamente y convertirse ellos también en piezas intercambiables, en fichas. Los únicos que administran y conocen la Realidad son quienes maniobran sobre su materialidad, quienes influyen en las grandes decisiones y para sujetar al resto lo suministran de estímulos distractores que generan dependencia, como si ese sucedáneo de vida normal fuese un fármaco. En concreto, solo el Poder construye y distribuye aquello que otros conciben como real: lo correcto, lo verdadero, lo bueno se determina desde las altas esferas. Un Estado sin límites es capaz de generar esas redes de sujeción. Cuando el Sistema se aparta, los hombres desacostumbrados a actuar por cuenta propia no podrán reorganizarse: ese desarraigo equivaldría a la muerte. #141923 aduce que defiende ese modelo, pero sus acciones parecen desmentirla: su intento por convencer a Phryne es una fachada para volcar sobre ella su frustración, pues siendo ambas en teoría «la misma», nuestra Phryne encontró alguien por quién luchar y a quién amar.

Trato de ponerme en los zapatos de Moeran y su destemplada reacción resulta comprensible mas no justificable. Como las otras Phrynes, #141923 nació por medios artificiales en un frío laboratorio y nunca conoció el calor familiar, sino forzadas relaciones de subordinación y hermandad más asociadas a relaciones de servidumbre y funcionalidad que a intercambio de afectos. Quién sabe si esta Sacerdotisa también sufrió el acoso maníaco de algún Barrot que materializaba su poder haciendo alarde de su impunidad para controlar el cuerpo de otros. Condenada en juventud y madurez a detentar la máxima autoridad de una teocracia pero hallarse por debajo de otros poderes, entre ellos, el mismo Sistema que absorbía y consumía su vida usándola como un instrumento descartable y sustituible. Como nuestra Phryne, contempló el proceso de eliminación y producción en masa de chicas como ella, pero acabó siendo sometida y entronizada. El poder para Moeran es una cárcel, decíamos con anterioridad, pero tarde o temprano esa prisión es asimilada por la prisionera e identificada consigo misma. #141923 no encuentra manera de vengarse con el sistema que destruyó su felicidad y la obligó a pagar penitencia bajo la apariencia del mayor honor, pero llega una chiquilla idealista, terca, muy determinada, tanto que linda con la estupidez por arriesgar su integridad y arrastrar tras ella a sus amigos, y esta muchachita defiende con ardor una postura alternativa, una visión diferente del futuro de la humanidad, oponiéndose a la necesidad del Sistema que #141923 estuvo obligada a respaldar, como si su vida hubiese valido nada. Demasiado tarde para Moeran: Fractale ha consumido su existencia y solo ansía traspasarle esa maldición a otra para cobrarse su revancha sobre una inocente. La cólera de #141923 está causada porque le resulta imposible verse reflejada o repetida en Phryne porque esta ha aprendido a amar y constatarlo provoca en Moeran una sensación de vacío irremediable que desata su locura. Clain es el factor desestabilizador: el amor trastoca la armonía, empuja a la rebelión.

Sin embargo, Phryne comete un segundo error, producto de su inexperiencia y comprender a Moeran hasta cierto punto permite disculparla de la actitud egoísta que comete nuestra heroína cuando cree ingenuamente en la disposición del poder para conversar, cuando el diálogo nunca ha sido necesario en una estructura dominada por vínculos jerárquicos. El Templo, representado por la Suprema Sacerdotisa, no requiere sentarse a hablar pues los modus operandi más económicos y naturales en el ejercicio autoritario son ordenar y castigar. Phryne apela a una identificación colectiva distinta («todas somos/fuimos Phrynes») a la conciencia que #141923 tiene sobre su pertenencia a ese conjunto: nuestra protagonista aprecia a sus hermanas, le duele y conmueve el maltrato y la manipulación del Templo, es decir, proyecta hacia ellas una solidaridad sentimental. Moeran, en cambio, como muchas de las Phrynes desechables (y desechadas) jamás conoció ni desarrolló otra forma de relación diferente al respeto. Basta con contrastarla con ese gesto inalterable, sin emociones que predomina entre los miles de clones o copias de Phryne. Para #141923, las Phrynes son solo fichas de un sistema, casi como tuercas; por ello, que the Beloved Daughter of the World que escogió amar le plantee que comparten una confraternidad emocional le suena ridículo. No obstante, la segunda gran equivocación de Phryne sería jugarse este pésimo número de lotería olvidando su promesa con Clain y Nessa: cuando la sellaron en el chalet, esta incluía compartir no solo la felicidad de esos ansiados días venideros, sino también las adversidades, los días de angustia y los riesgos a tomar. Pensó que sus amigos no irían tras ella simplemente por escribirles una carta de despedida con actitud de contrita víctima sacrificial, como si bastara ese aparente desprendimiento para convencer a Nessa o contentar a Clain. Se suele criticar la pusilanimidad del muchacho en episodios anteriores, pero olvidan que este retraimiento es producto de su incertidumbre. Phryne, en cambio, malinterpreta el sentido de la madurez asumiendo que consiste en afrontar todos sus problemas sola, sin detenerse a meditar las secuelas de esos actos autónomos que involucran a sus personas amadas. Su fortaleza, ser testaruda, puede revertírsele y convertirse en su peor defecto.

Clain está dispuesto a desprenderse de la inercia juvenil y aunque se note dubitativo e ineficaz con un arma, su determinación es auténtica: quiere salvar a Phryne, ha superado sus reparos iniciales y acepta la realidad con todas sus contradicciones. Acepta que Sunda y compañía tienen las manos manchadas de sangre, pero comprende que mantenerse limpio en un mundo tan corrupto es casi imposible y que incluso ellos, a quienes no duda de tachar de criminales, actúan en función de valores, aman, sufren, y viven mejor que nadie una vida legítima, independiente de los mandatos y tentaciones del Estado. Y reconoce en esa gente que defiende sus ideales y deben conservar en su conciencia la culpa de muertes inocentes y compañeros perdidos a amigos a quienes respetar. Decirle a Sunda las cosas a grito pelado pero luego admitir sin desdecirse que fueron los primeros amigos reales que conoció es un gesto de hombría. Del lado de Clain el relato es menos denso y transita fluidamente como toda escena de acción, entre disparos y explosiones, salvo cuando aparecía el intrigante Dias, quien en una lección descarada y taimada de Realpolitik develó que mantenía su terminal de Fractale bajo la excusa de luchar contra el enemigo en igualdad de condiciones, dando a entender que para pelear contra corruptos es necesario corromperse. Dias, como los operadores del Sistema, razona sobre una base utilitaria, no existen soluciones intermedias al diálogo: para destruir al Templo, debe exterminarse a las llaves. El otro villano del episodio es Barrot, cuya última intervención solo confirma cuán demente y degenerado viene tornándolo su obsesión. El enfrentamiento con Clain a través del cristal apela a inevitables connotaciones sexuales, entre el jovencito virginal, sin experiencia y el adulto pervertido y usurpador del poder, como si existiera un peligro latente de desfloración, de violación ejecutada como forma de humillar e imprimir materialmente sobre el cuerpo de la mujer y el espíritu del muchacho la huella del poder omnímodo.

2 comentarios

  1. davidvfx

    El ep 10 al final me dio mucho revuelos en la cabeza, antes estaba con una seguridad que la «virginidad» de Phryne era un requisito pero esta antesala que nos ponen en la escena final del episodio 10 me da revuelo que tal ves no es eso lo que se buscaba esaminar ya que uno que es mayor y es de «mente sucia» casi esto es una indirecta que Barrot ya abuso fisicamente de ella.

    Bueno esto no creo que nunca lo aclaren realmente ya que esta serie que empezo con un toque muyyy Glibiciano en historiay personajes ha cruzado la delgada linea entre una pelicula familiar y una de temas mas maduros…. desde cuando fue esto ¡desde la masacre de civiles en el ritual de las estrellas? no creo que desde que la palbra «Ecchi» dehjo de ser la mas fuerte ganandole por la palabra SEXO cuando Enrid le pregunto si habia tenido relaciones sexuales con Clain eso de ahi fue cuando me dije a mismo «WTF dijo la niña?» creo que desde ahi fue cuando esto habando el esquema Gibliriano.

    Como detallea gustos creo Phryne no es tiene mucha quimica con Clain ya que una es muy madura y el otro es muy inocente todavia; aun que no nacio ninguna atraccion lo poco que via a Sunda junto Phryne vei que tiene mucha quimica o su forma de pensar se aclopaban en la mayria de las escenas que vinos.

    Y en el caso de Clain, Enri muestra mejos encaje con la tranquila actitud de Clain.

    Y Nessa…. mela que Yó LOL

    31 marzo 2011 en 22:09

  2. davidvfx

    aahhhhhhhh (T__________T) nesecitas ver lo mas rapido el ultimo episodio que no te lo spoilen

    1 abril 2011 en 17:35

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