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Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai. [17]. La amiga de mi hermanita no puede robarse mi Love Touch

El carácter drástico y terco de Ayase produce un efecto curioso. Obliga al personaje a oscilar, de manera furibunda, entre las posturas más extremas del espectro romántico; a fluctuar de tsundere a yandere. El vuelco parece radical, pues el tsunderismo es una versión edulcorada del desorden bipolar maníaco-depresivo, mientras el fenómeno yandere equivale al cuadro de trastorno delirante. Sin embargo, en Ayase, este giro psiquiátrico, no suena contradictorio, sino muy coherente. Si bien, durante la temporada anterior, su conducta obsesiva y posesiva nunca alcanzó un nivel psicopático, la muchacha había evidenciado ciertos síntomas -todavía leves- de desequilibrio emocional. Ahora, la amiga celosa pretende convertirse en la «novia perfecta» para salvar a Kirino de la perversión otaku. Por desgracia, consulta una «fuente de referencia» nada recomendable (un videojuego de citas al estilo Love Plus) y, fruto de ese retorcido aprendizaje, adquiere unos rasgos psicopáticos escalofriantes. Solo faltaba que afilase el machete. Ignoramos si Ayase eligió la ruta yandere por equivocación o por predisposición natural. Si escogió el método equivocado para atraer a Kiririn-shi o simplemente es propensa a identificarse con esta clase de personajes perturbados.

Cualquiera fuese la respuesta a semejante enigma (¿cuán loca o despistada es?), ha ocurrido un hecho curioso: Ayase, quien solía detestar esas «cochinadas», ha intentado imitar unas fórmulas de conducta provenientes del universo 2D. En otras palabras, ha asimilado un discurso ficcional. Aunque su pretensión de trasladar ese código al mundo real desemboca en un sonoro fracaso, esta circunstancia ridícula vuelve a plantear un tema recurrente en OreImo: la relación entre consumidores y productos de entretenimiento. Este segundo episodio transcurre en un diálogo constante con cierto tipo de ficción interactiva: los date-sims. El argumento gira alrededor de una premisa sencilla: los integrantes del elenco entran en contacto con Love Touch, un juego que proporciona al usuario un sustituto electrónico del amor, una novia virtual disponible las 24 horas. Tras esa experiencia, cada personaje resulta afectado: la ficción deja su huella, influye en su comportamiento. Además de poner en escena el acto de jugar, el capítulo también discute varios asuntos derivados del contraste entre realidad y ficción: cómo ambas dimensiones se oponen, se confunden, se contaminan, y qué actitudes adopta el individuo cuando los límites se tornan difusos (repulsión, simpatía, vergüenza, locura). (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai. [16]: Return of Saturn

La hermana menor más belicosa y controversial del anime regresa a enternecernos con su habitual cuota de prepotencia. Este primer capítulo recurre a estrategias convencionales del episodio de reencuentro, esquemas narrativos que permiten reenganchar al espectador y reposicionarlo ante el relato tras varios meses de suspenso. Además, estas fórmulas de «reconexión» cumplen el objetivo de anular la «disonancia temporal», ayudarnos a recordar el hilo narrativo de la anterior temporada «como si fuera ayer». El retorno en pantallas de OreImo coincide con un evento ficcional de carácter análogo, el regreso de Kirino a Japón. Este suceso servirá de base para plantear una serie de «reencuentros» paralelos en ambas dimensiones (personajes y público). Por ejemplo, cuando Kyousuke entra al living y encuentra a su engreída imouto acostada en el sofá hablando por celular, el paneo que recorre su silueta, además de presentarla como objeto de deseo, empalma con otra escena similar de la primera temporada. Incluso la secuencia inicial del «sueño» insinúa un «recuerdo» adormecido en el subconsciente del onii-chan, un fragmento del pasado confundido con las pesadillas y remordimientos del muchacho que salen a flote, se «reactivan», retornan a la memoria. Durante su infancia, los hermanos Kousaka compartían una especie de intimidad fraternal, como ocurre en muchos hogares: eran compañeros de juegos, se bañaban juntos, Kirino admiraba y adoraba a su aniki, lo seguía a todos lados, no existían esas incómodas barreras comunicativas. De manera inconsciente, Kyousuke admite que destruyó ese vínculo. Ese «retorno» al pasado en forma de reminiscencia o pesadilla poen al descubierto una sensación de culpa latente. Aunque nunca lo manifieste en palabras, anhela «recuperar» esa etapa idílica por motivos de autoestima, pues en aquella etapa, cumplía su función de «onii-chan», de hermano mayor confiable que emaba respeto y cariño. Los «consejos de vida» que solicita Kirino, aunque suenen disparatados y abusivos, «reestablecen» esa relación de dependencia emocional: ella necesita su apoyo, lo convierte en cómplice, lo involucra en su colorido mundo de videojuegos incestuosos, le exige engreírla. En realidad, se establece una mutua dependencia: para considerarse un buen aniki, se requiere una imouto, y viceversa. Bajo este principio elemental se sostienen incontables historias con tintes de comedia fetichista. No importa cuán orgullosa y mandona sea Kirino: ese malhumor, esas ínfulas, es orgullo megalómano solo ocultan su fragilidad sentimental, una carencia, una necesidad que Kyousuke logra copar. Por desgracia, si transcurren meses enteros sin sentirse un «héroe», el onii-chan comienza a manifestar síntomas del síndrome de abstinencia. (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai 12.5 (TRUE END): Es imposible que mi hermanita menor se vaya sin decirme adiós

Una perspectiva distinta: la misma tsundere

La hermanita más ¿tierna? y emblemática de la historia del anime retorna tras algunas semanas de ausencia con el primer episodio de extras que seguirán la ruta alterna denominada «true end». Excelente noticia para los fanáticos de esta deliciosa comedia de amor y odio siscon/brother complex sazonada de apasionado elogio del eroge, aunque en concreto, casi la mitad del capítulo consistiera en una repetición del «good end» de la temporada regular. Quienes conozcan la dinámica de los bishoujo games comprenderán mejor la propuesta de AIC Build para la adaptación del argumento y coincidirán conmigo cuando insistí en interpretar OreImo no como una simple serie moe, sino como relato metatextual. (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai 11-12 (GOOD END): El misterioso caso de la hermana ladrona de calzoncillos

I'd never steal something like onii-chan's pantsu

I'd never steal something like onii-chan's pantsu

Terminé mi tesis. Sí: créanme, cumplí la odisea de redactar 80 páginas a espacio y medio en Garamond 12 con pesada rectitud académica. Me siento cansado, pero más ligero, con ganas y tiempo de hacer cuanto me venga en gana, porque me siento inspirado y me zurro en las temporadas y los retrasos; por ende, escribiré sobre OreImo aunque sea materia de diciembre, pues sinceramente me antoja, la serie merecía una digna reseña final, y porque me enteré que cierto artículo viene difundiéndose y siendo materia de comentarios (no siempre halagadores) en algunos foros de aficionados. Para continuar encendiendo iras santas, admitiré que quizá, algún día, me encantaría escribir una tesis sobre Kirino. (más…)


Ore no Imouto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai 6: El perro del hortelano

No come ni deja comer

Everyman

He empleado este término con cierta regularidad en mis reseñas, pero nunca he explicitado de dónde proviene y qué representa. La traducción más precisa al castellano sería “hombre común y sencillo”, el peatón equis sin grandes talentos ni fortuna, que vive una existencia corriente y normal, disfrutando de su vida gris y monótona de acuerdo a las reglas de la sociedad: si estudia, es mediocre pero no ignorante; si trabaja, es un simple empleado. Su aspiración inconsciente es mantener ese equilibrio, casarse, tener hijos y luego disfrutar su jubilación. Everyman es un hombre cualquiera, sin atributos. (más…)