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Puella Magi Madoka Magica 9 (Parte I): QB. El Extraterrestre

Las tinieblas del utilitarismo

El análisis de este episodio merece dos artículos. Primeramente, debido a la alta densidad (en términos cuantitativos y cualitativos) de la información que revela; y en segundo lugar, porque se suceden dos eventos que trastocan nuestra percepción global sobre el universo ficcional que plantea la serie, además de afectar la comprensión que tanto personajes como espectadores comparten sobre ese mundo. Esta reseña tratará sobre los motivos y naturaleza del perturbador Kyuubey -o Incubador, para los amigos-; la segunda versará sobre la desaparición de Sayaka y Kyouko y el correlato sentimental que envuelve su relación.

Comencemos abordando el giro de tuerca más brusco. De repente, Kyuubey se asoma a la recámara de Madoka y empieza a hablar de entropía. Hasta entonces, el vocabulario que había descrito los fenómenos extraordinarios que confrontaban los personajes pertenecía al campo léxico de la ficción fantástica de tipo feérico: magia, chicas mágicas, milagros, brujas, Soul Gem. Los acontecimientos eran explicados de acuerdo a los parámetros de lo sobrenatural que permitía la intervención de lo maravilloso y lo monstruoso sobre la Realidad. El género mahou shoujo pertenece, casi íntegramente, a esta modalidad ficticia, por ello, no causaba sorpresa que esta serie empleara estos conceptos para definir su universo ficcional. Sin embargo, el diálogo entre Madoka y Kyuubey provoca un giro que afecta a la interpretación del relato pues afecta a las reglas de juego que plantea la historia. En adelante, las leyes que rigen la explicación del mundo serán distintas, pues la supuesta mascota consejera o demonio engañador se identifica como miembro de una cultura extraterrestre de avanzada tecnología, pero carente de emociones.

Termodinámica, disminución de la energía útil, reversión de la entropía… toda esta terminología se vincula con el lenguaje moderno de las ciencias. Sumémosle el concepto de alien o de vida inteligente de origen extraterrestre y aplicado a la ficción, obtendremos como resultado el marco conceptual que baraja el género sci-fi, donde los hechos extraordinarios o reñidos con nuestra noción de Realidad son explicados mediante criterios científicos o un discurso que guarda semejanza con sus enunciados. Pocos mahou shoujo se permiten esta interferencia con, justamente, un modelo ficcional que negaría de raíz la existencia de la magia por considerarla una superstición (o porque el pensamiento mítico que valida estas creencias es incompatible con los axiomas de la lógica: no contradicción, identidad y tercio incluido). Quizá valdría citar una serie de menor rango como Corrector Yui, aunque también en Mahou Shoujo Lyrical Nanoha los poderes mágicos son canalizados por medio de sistemas congruentes con la tecnología. Fuera del género, esta coincidencia entre desarrollo científico y misticismo es más pronunciada y series como Toaru Majutsu no Index se sostienen justamente sobre la coexistencia de ambos discursos (la ciencia-ficción y la fantasía mágica) y un clásico del shounen de peleas como Dragon BallZ conviven el futurismo y las divinidades ancestrales. Tanto la distopía como lo fabuloso son tendencias de la narrativa posmoderna en su propósito por cuestionar las bases filosóficas de la modernidad. Japón es un escenario propicio para esta hibridación porque pese al asombroso grado de vanguardia tecnológica, la sociedad preserva un conjunto de tradiciones espirituales arraigadas en el imaginario cultural, incluso de los ateos y racionalistas. Ya expliqué que entre 1945-1989, las grandes ideologías y los fundamentos discursivos que sostienen el pensamiento moderno se desmoronan y la ironía, la crítica perpetua y la incredulidad se convierten en las actitudes preponderantes. Aunque la ciencia sigue siendo útil, el sujeto posmoderno ha dejado de idealizarla y empieza a desconfiar de sus efectos, no solo porque corremos el riesgo de derivar en otro Hiroshima u nuevos Chernobyl, sino porque el nazismo, el maoísmo y el estalinismo, las corrientes políticas más salvajes y sangrientas que conociese la humanidad, argumentaban su validez a partir de teorías científicas, llámese la evolución o el materialismo histórico. En resumen, la condición posmoderna parecería un estado constante de prevención ante el temor de deshumanizarnos por culpa de la ciencia.

¿Cómo se relaciona esta discusión alrededor de las ciencias con el «cínico» y amoral Kyuubey? Según cómo se estructuran los temores del individuo contemporáneo, QB representa aquello que no somos, pero que podríamos ser si aplicáramos sobre nosotros en sentido estricto los principios del razonamiento científico hasta el extremo de la perfección, es decir, hasta transformarnos en máquinas. He allí el problema y por qué, a pesar de considerarlo ajeno a nuestros criterios de bondad y maldad, es decir, inabarcable por nuestro juicio moral, Kyuubey sigue pareciéndonos un monstruo, y por qué, aunque su exposición es argumentativamente (casi) impecable, sus proposiciones nos suenen abominables. Los peligros de una ciencia sin conciencia, es decir, inconsciente de su humanidad, es perder el rumbo ético y sustituirlo por un utilitarismo automatista, maquinal, que evalúe la corrección de los actos según sus costos y beneficios. Kyuubey solo está interesado en crear energía para revertir el proceso de entropía y las chicas mágicas proveen de materia prima para generarla mediante sus emociones extremas, en particular, tratándose de adolescentes confrontadas a situaciones límites cuya inexperiencia les impide sobrellevar. Para cualquier utilitarista, la ecuación de QB es perfecta: entre la supervivencia del Universo y el bienestar de un insignificante espécimen de homo sapiens, resulta más provechosa la solución que permite preservar la vida de muchos a pesar del sacrificio de una fracción imperceptible. Según Kyuubey, los seres humanos «algún día emergerán de su nido terrestre y alcanzarán nuestro rango», por tanto, «nosotros no podemos legarles un universo muerto y marchito». Si creemos en el testimonio poco fidedigno del embacaudor Incubator, su raza extraterrestre estima a la Humanidad entre sus herederas y reconoce su responsabilidad respecto de las especies de inferior desarrollo protegiéndolas de una catástrofe que atañe a todos. Sin embargo, leyendo entre líneas sus primeras palabras, se deduciría una hipótesis sugestiva: la raza de Kyuubey carece de sentimientos porque los perdió en alguna fase de su proceso evolutivo («join our ranks», dice la traducción de Nutbladder). En efecto, se despojaron del cuerpo, del instinto, de la irracionalidad porque lo concibieron irrelevante o nada rentable. Ese vacío espiritual y orgánico nutre nuestros miedos a degenerar en ese tipo de razonadores extremos, sin alma.

Guía breve para odiar a Kyuubey

1. Aunque muchos comentaristas aducen que los motivos de Kyuubey son válidos en sentido lógico, pocos han argüido que fuesen discutibles éticamente, incluso si consideramos que también su raza conoce las nociones de «bienestar» o «beneficio», aunque enuncie los motivos de su desarrollo tecnológico y su preocupación por el cosmos en términos de supervivencia. No obstante, no duda en disfrazar estas conveniencias bajo premisas solidarias o gregarias.
2. Aunque Kyuubey afirme, respecto de los contratos que 1. ambas partes son beneficiadas y 2. fueron pactados de manera consciente y voluntaria, el animalejo olvida un aspecto esencial que garantiza la rectitud de un acuerdo entre dos contratantes: brindar la información detallada de cuántos riesgos y responsabilidades involucra la «firma» de ese pacto. Kyuubey ocultó datos fundamentales acerca del procedimiento y las implicancias que tendría la participación de las muchachas en el ciclo macabro de producción de Grief Seeds. Solo se habló de arriesgar la vida, suficiente para asustar a cualquiera, pero nunca se mencionó que esta posibilidad era, realmente, un deber: el Incubador espera producir una bruja por cada mahou shoujo. Al faltar información relevante, se considera que la elección tomada por la puella magi contratada fue inducida de manera engañosa. Madoka tiene razón al tildarlo de estafador.
3. La consecuencia de justificar el utilitarismo categórico que practica Kyuubey es negar la subjetividad del Otro y cosificarlo, instrumentalizarlo, utilizarlo como si fuese un objeto cuya inmolación es juzgada necesaria. Cuantitativamente, su muerte y su pérdida de valor como sujeto es insignificante pues el verdadero valor recae sobre el beneficio masivo que se obtiene. Podemos llegar al extremo de avalar un genocidio en nombre de la supervivencia de un país o la matanza de disidentes políticos para salvaguardar un sistema. No puede compararse -de manera errada- con el derecho irrevocable a la legítima defensa. Aquí influye el componente del poder: una raza de extraterrestres capaz de convertir el odio o la tristeza en energía se encuentra por encima de las capacidades humanas. Asumir que los postulados de Kyuubey y compañía son justos equivale a admitir que quienes detentan el poder impongan sus criterios sobre la Verdad, la bondad y la pertinencia.

Por ahora, Kyuubey viene cumpliendo sus metas: el escenario para la Noche de Walpurgis ha sido configurado para extraerle los mejores dividendos, pues en cualquier escenario, saldría ganador, salvo que haya obviado un factor que desequilibre la balanza a favor de Homura. Si nuestra atribulada viajera del tiempo decide encarar sola la Walpurgisnacht (donde, imaginamos, aparecerá un número ingente de brujas cuya ofensiva rebase las habilidades de una puella magi), es probable que muera en combate y Kyuubey pueda tentar con facilidad a Madoka para transformarse en chica mágica y nutrirla hasta producir a la witch por antonomasia, un deseo que enuncia con sinceridad, ofreciéndole el sacrificio como una suerte de gloria anónima. En caso Madoka se conmueva ante el padecimiento de Homura y acepte el trato para ayudarla a luchar contra las brujas, Kyuubey también habrá ganado la partida con un jaque mate magistral. Que Incubator provenga de otra galaxia y manifieste sus motivos bajo rigurosos cálculos utilitarios, no significa que, respecto de la estructura simbólica que subyace al relato, haya dejado de ser mefistofélico y diabólico. Su insistencia por «capturar» a Madoka, que dispusiera del contexto adecuado solo para desencadenar su transformación en mahou shoujo, implica que la pelirrosada es una pieza insustituible del plan. Por tanto, continuará tentándola, sea revelando la verdad para enmascarar la muerte y la cosificación bajo un manto de heroísmo y sacrificio en socorro del equilibrio universal. Antes le había ofrecido convertirla en Dios. ¿Son incompatibles ambas ofertas?

5 comentarios

  1. Konopikyu

    Me hace gracia que algunas personas todavia defiendan a QB cuando como bien dices es obvio que no solo no da la informacion necesaria para el contrato sino que ademas se beneficia, claro el universo tambien que conveniente decirlo de esta forma. Ciertamente una vision del mal mas diabolica pues no es directa, sino que disfraza sus verdadera intenciones.

    El creador de QB debe estar feliz, su personaje logra envaucar hasta a los mismos expectadores creando dos bandos jejeje, probablemente no se lo esperaba. La gente tiende a creer en que siempre hay algo de bondad en las cosas y por eso le es imposible que haya algo completamente malo, una actitud muy inocente, peligrosisima pero en cierta forma esperanzadora.

    Yo creo que es inevitable que Madoka dado su grado de integridad, pureza y humanidad no haga el trato con QB, lo que si puede cambiarlo todo es su deseo. Quiza un deseo sin su escencia de egoismo pueda cambiar algo dentro de algo que parece inperturbable. Uno de los finales que mas he esperado sin duda El deseo de Madoka.

    9 marzo 2011 en 10:00

    • José

      Muchas personas se identifican con personajes no siempre benévolos, entonces no habría ningpun inconvenientes si es que alguien le cayera bien Kyubei, posiblemente a lo que te refieras es que quizás no tienen una razón sostenible para poder defenderlo cuando simplemente alguien diga que es un personaje de su agrado.

      2 febrero 2013 en 17:50

  2. lnn

    Mi primera reacción ante el capítulo fue de decepción. Tanto especular acerca de si Kyuubey era una representación del Destino, u otro principio trascendente por el estilo el que termine por ser un simple peluche vulcano cosechador de energía es una desilusión. Además en este planeta ya tenemos bastante con entes desalmados que sacrifican sin ningún remordimiento millones de vidas, humanas y de las otras, para obtener fuentes de energía que alimenten su sociedad de consumo, que la verdad no necesitamos que vengan más de afuera.

    Después encontré dos cosas interesantes: la primera es que el argumento coincide con una obra del maestro Asimov, donde los habitantes de otro universo (podríamos decir los ikyuubatores) inducen mediante información incompleta a un mediocre científico terrestre a establecer un intercambio de masa-energía que, aparentemente, brinda energía limpia, abundante y prácticamente gratis a la humanidad, pero secretamente promueve la destrucción a corto plazo de nuestro universo de forma de servir como fuente de energía del suyo. El título de la novela, Los propios dioses, está tomado de una frase de Friedrich von Schiller: Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano.
    La otra cosa interesante es que la explicación de Kyuubey acerca de que las humanas en su segunda fase de crecimiento son seleccionadas para ser chicas mágicas porque son las que brindan la mayor cantidad de energía emocional, coloca todo el género de chicas mágicas dentro del sistema de Puella Magi Madoka Magica.

    10 marzo 2011 en 14:06

  3. Juan Mario

    Capitulo realmente devastador, en este punto de la historia me es dificil no odiar a Kyubey, por mas que haya explicado la motivacion real de sus actos, su justificacion es tan cruel, desaprehensivamente e inhumanamente utilitaria, que me es si quiera imposible sentir la mas minima empatia por un bicho, o deberia decir una especie de bichos, que engaña y manipula adrede (por que eso de que no entienden la palabra engaño es una vulgar justificacion, sus actos muestran como deliberadamente ha manipulado a las protagonistas, con el fin de lograr sus objetivos, tratandolas como si fueran vulgares objetos, cosificandolas como dice Seriousman), a unas lindas adolescentes, sera que el componente moe, resta objetividad a mi juicio, es posible, sin embargo eso no quita que el proceder de InKyubeytor es un monstruo injustificable que se esconde detras de una racionalizacion, para justificar las atrocidades que comete (CUALQUIER PARECIDO CON CUALQUIER REGIMEN TOTALITARIO QUE JUSTIFIQUE EL GENOCIDIO ES PURA COINCIDENCIA).

    Ahora para las dos protagonistas restantes el problema es como escapar a la manipulacion de Kyubey, como dijo Konopikyu, tal vez el deseo que pida Madoka pueda ser la solucion a este problema, asi como Don Dimas pudo engañar al diablo recurriendo a un juego semantico, asi como existe para las paradojas Zen una solucion que trasciende el contexto del problema y escapa a la aparente contradiccion, me pregunto si el deseo de Madoka podra derrotar a Kyubey, es posible, sin embargo a pesar de eso dudo que tengamos un final feliz en este anime, no olvidemos quienes son los principales realizadores del mismo, Shinbo y Uroboshi, ambos, y sobre todo el segundo tienen muy malos antecedentes en lo que a finales se refiere (sino miremos la Visual Novel Saya no Uta, atroz historia de amor lovecraftiana creada por el segundo), pero por lo menos ojala podamos ver un final agridulce en el cual nuestras protagonistas se sacrifican pero a cambio detienen el ciclo de dolor generado por los Kyubeys, claro que si al final todo termina con un final desolador, o trolleador pues igual eso no quitaria merito a este anime que se perfila como la obra maestra del año.

    Inn, Los propios Dioses es tal vez el mejor libro que escribio el maestro Asimov (RIP) en su larga carrera como literato, por que a pesar de lo que muchos la subvaloren, la ciencia ficcion es un genero literario, y donde por cierto se pueden encontrar hermosas y sorprendentes joyas literarias como lo es el libro que mencionas, el cual por cierto me acuerdo lo lei febrilmente de amanecida, la diferencia con los Kyubeys es que si bien los individuos del universo paralelo de la obra de Asimov, no eran trolls que se dedicaban a engañar y manipular a unas adolescentes, sino que sentian culpa y remordimiento por lo que hacian, ademas la humanidad tuvo la suerte de poder escapar del proceso de destruccion y al mismo tiempo favorecer a los habitantes del universo paralelo, pero no creo que se pueda llegar a una solucion de consenso en el caso de Madoka, al menos no con los InKyubeytors.

    10 marzo 2011 en 16:57

  4. Sherry Knox

    Desde que comenze a ver Madoka (que bien no me llamaba mucho la atención, ahora que termine de verla estoy traumada, seh) note desde el inicio que la mayoria de las personas odiaban a Kyubey y yo pensando ¿porqué? si a mi me parece bien encantadoramente desgraciado~ y aunque lo que hace no es «bueno» a los ojos de los demás creo que en ningun episodio vi que le preguntaran detalles del contrato, digo si vas a hacer uno hasta buscas las letras pequeñas antes de aceptar y ver si es conveniente. A diferencia de Mami que no tuvo tiempo de siquiera pensarlo, las demás tuvieron mucho tiempo para informarse .__.UU ya con eso de «puedo cumplir cualquier clase de deseo» ¿ pero a que costo? debieron darse una idea que no iba a resultar muy lindo el asunto… en fin me ha gustado mucho leer los analisis y los puntos de vista de los demás, espero el del capitulo 12 con ansias

    12 May 2011 en 06:44

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