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Medaka Box

Medaka Box Abnormal 5: Contingencias heroicas del «no héroe»

La patrulla del Consejo Estudiantil continúa recorriendo el laberíntico laboratorio subterráneo del Plan Flask y arriban al apacible pero engañoso jardín artificial de estilo japonés donde los aguarda el desalmado Munakata de 3ero, un pariente lejano de Hitagi Senjougahara, aunque el impresionante repertorio que despliega no contenga útiles de escritorio, sino un peligroso arsenal ofensivo que incluye espadas, pistolas, granadas y hasta bazookas, un manejo libre de armas tan caprichoso y fluido que cumpliría los sueños líquidos de cualquier republicano. Oportunidad propicia para el lucimiento de Zenkichi Hitoyoshi, el devoto escudero con coraza de sarcasmo. En nuestra reseña anterior, describí su carácter utilizando un concepto alterno de heroicidad (que denominé «no-héroe») y vinculándolo con otro arquetipo de personaje masculino surgido de la light-novel (el kyonismo). Este episodio permite ampliar esta descripción. A diferencia del héroe clásico o el antihéroe moderno, la categoría «no-héroe» es invención de la ficción posmoderna y comparte su propósito de desmantelar los grandes discursos ideológicos. Observemos a grandes rasgos cómo se desarrolla este proceso histórico y comprender qué distingue a estas nociones. El héroe clásico encarnaba los valores morales y cívicos que preservaban las sociedades tradicionales. Durante la modernidad, esas estructuras entran en crisis: el antihéroe operaba desde la marginalidad, negando a asimilarse en un sistema corrupto, pero su toma de posición implicaba todavía una esperanza de transformación política. La posmodernidad provoca un cambio de enfoque que exige introducir una etiqueta distinta para catalogar a un nuevo tipo de personaje cercano a la sensibilidad actual. Los «no-héroes» de anime, como Kyon o Touma Kamijou, son individuos comunes, hombres sin atributos, sin defectos clamorosos ni virtudes admirables, que valoran su cotidianeidad, su «normalidad», su rutina gris, libre de sucesos excepcionales que alteren su tranquilidad. El «no-héroe» utiliza un discurso escéptico, pesimista, a veces resignado a afrontar su mala suerte: pareciera que siempre está quejándose o renegando, es irónico; sin embargo, este descreimiento, esta posición crítica no impide que, tarde o temprano, participe de acciones épicas que consideraríamos heroicas. La obligación de comportarse como paladines justicieros llega de improviso y, aparentemente, contradice sus deseos. Las circunstancias los empujan a transformarse en guerreros aunque renuncien a vincularse con situaciones anormales o extraordinarias. (más…)